martes, 5 de junio de 2012

El hombre en el ballet

Sinopsis:
Una excelente mirada desde el psicoanálisis sobre los prejuicios que acompañan a la presencia masculina en el ballet. Además, ¿qué hacer cuando nuestra familia está en contra de que realicemos esta actividad? El licenciado en psicología de la Universidad de Buenos Aires, Federico Bosch, nos da las respuestas.


Julio Bocca
Imagen extraída de: www.sentidog.com
Bailarín de la Academia Vagánova
Imagen extraída de: www.vaganovaacademy.com




























Nos gustaría saber su opinión sobre la forma en que se juzga el papel del hombre en el ballet y los prejuicios que existen sobre eso y su sexualidad. 
Antes que nada uno podría decir que para el psicoanálisis, tanto la realidad como el cuerpo es una construcción, no es algo dado, hay que partir de ahí yo creo para entender todo lo otro. Existe un imaginario social, esto lo podríamos definir como que existe una representación compartida por gran parte de la sociedad que asocia la danza y más precisamente la clásica con lo femenino (por el cuidado del cuerpo, por el situarse como objeto de la mirada del otro, por la precisión y la gracia de los movimientos, etc.). Esto es una construcción social que se ha gestado por siglos, así como se ha construido también la representación de lo masculino y lo femenino. Por lo tanto hay ciertos estereotipos “congelados” de lo que deben hacer los hombres y lo que deben hacer las mujeres, por ejemplo: “Las niñas juegan a las muñecas y los niños a la pelota”. Hoy en día es cada vez más común que las mujeres se dediquen a practicar futbol. ¿Hay algo malo en esto? ¿Las mujeres dejan de ser mujeres porque practican futbol? No. ¿Es algo malo que los hombres se dediquen a la danza? Para nada, sólo tiene que ver con las representaciones sociales y los prejuicios, pero como los prejuicios no son naturales se pueden modificar. Eso es lo bueno de la realidad humana.

Vamos a plantear un caso hipotético de un niño o adolescente que quiere empezar ballet. ¿Qué le recomendaría a éste que haga si sus padres no le permiten realizar la actividad?
Es una situación compleja y que no tiene una respuesta única, porque existen tantas singularidades familiares como familias existen. Te diría que la única forma es hablando, como le salga a uno expresar su deseo, creo que si ese deseo surge en un niño no es fortuito, algo de su ambiente o de lo que percibe ocasiona que surja y uno tiene que intentar ser valiente y plantearlo. Hoy en día es mucho más fácil que antes, se puede esperar más voluntad de escuchar de parte de los padres. Seguramente has visto la película Billy Elliot, ahí se plantea un caso paradigmático de lo que estamos hablando, un caso extremo ya que no solo surge el deseo en un niño sino que este niño es de clase baja. Uno puede decir ¿Qué tiene que ver la clase social a la que pertenezca? Pero bueno, tiene que ver, porque según la clase social el imaginario social y la realidad de los padres cambia, complica las cosas nacer en un barrio obrero en que los deportes de pertenencia son el futbol y el boxeo; y el destino laboral es solo uno: ser minero. Pero podemos decir que la película nos deja un mensaje muy claro de que cuando el deseo es fuerte esos prejuicios se pueden superar. Esto no quiere decir que no debería ser más fácil o que sería deseable que así lo sea. La mejor manera de cambiar la forma en que ven tus padres tu elección es demostrar que es algo que te apasiona, que te hace feliz y que lo tomas en serio. Otro aspecto clave es intentar comunicarles, buscar la manera de que entiendan lo importante que es para uno. No hay caminos fáciles en esto. Tal vez sea un poco sencillo lo que digo, pero el que elige el arte del ballet no busca algo fácil.


Sobre el autor, Federico Bosch
Federico Bosch es psicólogo, se recibió en la Universidad de Buenos Aires, tiene 35 años, trabaja como psicoanalista de adolescentes y adultos. Además es perito forense y psicólogo laboral. Para más información podes visitar su web; www.consultoriobosch.com.ar.







Estaría bueno que compartas tu opinión y/o experiencias acá también!! ¿has contado con el apoyo de tus padres para bailar ballet? ¿Has sido tratado de homosexual y/o desacreditado como persona por ello? ¿cómo has hecho para esquivar esos obstáculos y seguir danzando?
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4 comentarios:

  1. a mi me encantaria que los prejuicios no existieran... mas chicos deberian practicar danza si les gusta, pero no lo hacen por el miedo al que diran, por ejemplo en mi clase somos todas chicas y ningun chico :O

    besos!

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  2. Me gustó mucho este artículo. Yo tengo un alumno que desde hace 8 años es el único hombre en la clase. Siempre ha tenido el apoyo de sus padres y siempre lo he visto disfrutar mucho del ballet. Me preocupa que ahora que pasa por una edad difícil (adolescencia) se deje llevar por los prejuicios y deje de bailar. Procuro aconsejarlo siempre y espero que el día que deje de bailar sea por una desición propia y no por presión social.

    Saludos y abrazos como siempre!!!!

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  3. Muy buenas respuestas, siempre me resulta difícil encontrar textos sobre ballet y psicoanálisis. Efectivamente, la masculinidad y la feminidad en el ballet son construcciones; el cuerpo del bailarín, a base de repeticiones, aprende las formas típicamente occidentales de los sexos, desde cómo mover la punta del pie hasta cómo ladear la cabeza. La idea de que el ballet clásico es femenino se formó en las tres escasas décadas que duró el romanticismo, momento en el que se expulsó a los hombres de la escena. Pero no nos quedemos con las apariencias; a nivel narrativo, lo que los grandes ballets escenifican no es feminidad, es la imagen que el hombre heterosexual tiene de la mujer es decir, es el imaginario masculino, puro deseo masculino proyectado. Así, tenemos desde Giselle (la joven seducida) hasta Carmen (la prostituta). Pero no hay que olvidar además que el lenguaje le pertenece a los hombres y la técnica del ballet clásico (no de otras formas de danza) es una sintaxis. El ballet clásico es masculino porque la técnica que lo conforma (su esencia) lo es: matemática y racionalista como ninguna otra. Imaginario masculino en lo narrativo, masculinidad lingüística(valga la redundancia) en lo técnico. Saludos desde España!

    Ibis

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  4. Me encantó la publicación. Yo estoy iniciando un blog de danza en el que tocaré temas parecidos, espero lo puedas ver y darme algunos comentarios para mejorar. http://danza-ando.blogspot.mx/

    Gracias

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